Nos gobiernan los Peores en el Chaco

Por: Esteban Farfán Romero[1] (El Marucho[2])

Ineptocracia: “Un sistema de gobierno en el que los menos preparados para gobernar son elegidos por los menos preparados para producir, y los menos preparados para procurarse su sustento son regalados con bienes y servicios pagados con los impuestos confiscatorios sobre el trabajo y riqueza de unos productores en número descendente, y todo ello promovido por una izquierda populista y demagoga que predica teorías, que sabe que han fracasado allí donde se han aplicado, a unas personas que sabe que son idiotas”.

Jean d’ Ormesson

“El intento de combinar sabiduría y poder rara vez ha sido exitoso y solo por un corto tiempo.”

Albert Einstein)

“Es espantoso que gente tan ignorante tenga tanta influencia”

George Orwell

Ayer (viernes 26/07/24) en Yacuiba, a través de las Redes Sociales, se ha conocido un audio en el que escuchan que conversan de forma acalorada acusándose mutuamente de delitos graves, entre el ejecutivo regional José Luis Abrego, con el exdirigente Evangelio Cáceres, ambos masistas, que en este momento, el último, es funcionario municipal, en una repartición muy cuestionada, como es gobernabilidad, que ha servido para amedrentar y acosar a las personas que expresan su opinión crítica a la gestión de Gobierno Municipal, en las Redes Sociales.

En la gestión del ejecutivo seccional de desarrollo, Marcial Rengifo (MAS), Cáceres fue dirigente campesino, muy influyente y hombre de mucha confianza del ejecutivo. El Gobierno de Evo Morales ha realizado varias entregas de vehículos livianos y pensados, que no se ha conocido su uso y destino.

Sobre el uso de estos vehículos, hubo muchas denuncias de irregularidades, que incluso llegaron al Ministerio Público, pero que no se sabe nada del resultado de las investigaciones.

El audio revela y confirma lo que se comenta mucho en los pasillos y en la calle, sobre la participación importante, antes y después como autoridad, del actual ejecutivo regional, José Luis Abrego (MAS), en la actividad ilícita de contrabando.

En el audio, ambos se hacen amenazas de hacer más revelaciones, si es que continúan las acusaciones por los medios, por la otra parte.

El contenido de este audio, confirma la conclusión de mi análisis retrospectivo sobre el origen y las causas del atraso y pobreza de Yacuiba y del Gran Chaco. La mediocre calidad de la clase política que ha gobernado, desde hace más de 25 años, de manera continua y alternada.

Hay que recordar que el Chaco, ha tenido una gran oportunidad para construir una base fundamental productiva que instale y construya una estructura productiva de generación de riqueza desde lo privado, diversificando la economía.

En este tiempo, por concepto de regalías, IDH y coparticipación tributaria, el Chaco ha recibido casi Bs. 30,000 Millones, y se ha despilfarrado en gastos, por la ausencia de planificación estratégica. 

Este breve documento ofrece una visión integral de lo que es una kakistocracia y los efectos negativos y perversos que puede impactar en la sociedad. Es un llamado a la reflexión y a la acción para prevenir y combatir este tipo de gobiernos mediante la promoción de principios democráticos y éticos en la gobernanza.

Varios respetados estudiosos, como Pareto, Mosca, Michels, Weber, Dahl, Robinson, Acemoclu, Hamilton, concluyen que una minoría que se encuentra en el vértice superior de la pirámide social, es la responsable del progreso y fracaso de una sociedad en perspectiva.

En la Academia, se enseña, debate y reflexiona sobre las formas de gobierno con su clasificación. Hay que recordar que los griegos distinguían tres formas buenas de gobierno: la monarquía, la aristocracia y la democracia, generalmente en ese orden. Y también, tres formas degeneradas de las buenas: la tiranía como degeneración de la monarquía, la oligarquía de la aristocracia y la oclocracia como degeneración de la democracia. Los griegos, decían que cada una de las formas de gobierno tenía su tiempo y, en consecuencia, una forma de gobierno cedía su tiempo a otra, lo que aseguraba que las formas buenas en algún momento devenían en las formas malas de gobierno. La degeneración era, aparentemente, inevitable.

La historia de los fenómenos sociales y políticos, ha demostrado que no precisamente sucede como se ha teorizado, es por eso que Polibio menciona en su Historias —en particular en su sexto libro— que cada forma de gobierno muta, de tal forma que el ciclo completo de las formas políticas conforma una lo que se denomina como anaciclosis, es decir, una sucesión cíclica de regímenes de gobierno.

Esto es muy interesante y apasionante, porque el estudio reflexivo académico de estos fenómenos locales regionales, explican el presente, y nos brinda la oportunidad y posibilidad para hacer maniobras, con el fin de construir un futuro mejor.

Hay una palabra muy poco conocida, como que oculta de manera deliberada, que explica este tipo de hechos sociales, y es la palabra ‘kakistocracia’. La palabra suena horrible. Lo es. Está relacionada con el vocablo indoeuropeo kakka (“cagar”), que en griego se transformó en kakos (“mal, malo”) y también en kakistos (“peor”). Significa el “gobierno de los peores”. El término no se encuentra en ninguno de los grandes fundadores de la filosofía política.

Se dice que surgió en el siglo XVIII, pero que adquirió carta de naturalización con la entrada que se encuentra en el Diccionario de sociología de Frederick M. Lumley en 1944, que la define como “un estado de degeneración de las relaciones humanas en que la organización del gobierno está controlada y dirigida por gobernantes que ofrecen toda la gama, desde ignorantes y matones electoreros hasta bandas y camarillas sagaces, pero sin escrúpulos”.

Aparece, después, dice Stathmó Akrópoli, en un artículo de 1974 del filósofo argentino Jorge García Venturini y en 2001 en el libro de Michelangelo Bovero, Una gramática de la democracia. Pero no es, sino hasta recientes fechas que muchos analistas, como Pablo Hiriart, Betty Zanolli o Peggy Noonan, han comenzado a ponerla de moda para definir cierto tipo de regímenes populistas de izquierda y derecha que han tomado el poder.

Es, podría decirse, una forma moderna de lo que, según Zanolli, era la oclocracia, el “gobierno de las muchedumbres”, término acuñado por Polibio de Megalópolis, antecesor de Tito Livio, en su obra Historias, para definir la corrupción de la democracia.

Cuando el gobierno del pueblo, la democracia, comenta Zanolli a Polibio, comienza “a extralimitarse y a menospreciar las leyes, los valores y las costumbres, se transforma en oklos, lo que hoy podríamos denominar muchedumbre o masa enardecida, furibunda e irracional”. En el momento en que la soberbia se apodera del pueblo “y comienzan a imperar la violencia y la anarquía” surge eso que hoy se define como kakistocracia, el más corrompido de todos los regímenes políticos porque implica “la degeneración extrema de toda constitución armónica de la sociedad”.

Precisando, una kakistocracia se refiere a un sistema de gobierno dirigido por los ciudadanos menos calificados, comprometidos, o más corruptos. Este tipo de gobierno se caracteriza por la incompetencia, la corrupción, y la mala gestión, lo que resulta en un impacto profundamente negativo en la sociedad.

Características muy claras de una Kakistocracia

1. Incompetencia Generalizada de arriba hacia abajo: Los líderes, sobre todo los políticos, carecen de manera notable de las habilidades y conocimientos necesarios para gobernar eficazmente. La toma de decisiones es deficiente y carece de una base informada.

Hay que remarcar, que la posesión de un título universitario, no hace necesariamente competente a una persona en el ejercicio de un cargo público, o en la administración del poder púbico. Basta escuchar tres minutos a nuestros políticos sobre los asuntos públicos, para tener una idea del nivel de su capacidad y competencia.

Al ser incompetente, el político se rodea de incompetentes, porque instintivamente cree que, si se rodea de mejores que él, su posición de poder, podría estar en serio peligro. Es por eso que siempre buscan rodearse de inferiores a su capacidad intelectual y cognoscitiva.

Si repasamos a cuidadosamente a nuestros políticos, justamente han hecho todo el tiempo esto. Rodearse de inferiores a ellos mismos, y, sobre todo, individuos con personalidad dóciles y manipulables

Alientan el culto a la personalidad, el llunkerío, el vasallaje, actitudes de permanente adulación a la figura política. Justamente se rodean de personas mediocres, las fácilmente por su falta de valor personal, toman este tipo de actitudes lisonjeras.

2. Corrupción Sistemática: Como consecuencia de la primera, la kakistocrocia, promociona la corrupción, porque los que copan espacios de poder importantes, son tomadas por incompetentes.

Se toma las instituciones públicas, como un botín de guerra, los funcionarios priorizan sus intereses personales sobre el bien común, se aprovechan del cargo para hacerse ricos aceleradamente. El soborno, el nepotismo y el clientelismo son usuales.

Al no existir un proyecto político de sociedad consensuado, y sólo un proyecto de poder partidario, todos corren a ocupar los espacios públicos para medrar, y favorecerse, y no servir a los intereses de la sociedad, como debería ser.

3. Desigualdad Extrema: La mala gestión y la corrupción conducen a una distribución injusta de recursos, aumentando la brecha entre los ricos y los pobres. Esta práctica genera una desigualdad de oportunidades, porque el que desea progresar, tiene como único camino el formar parte de un partido político, tener vínculos con políticos importantes para tener exenciones o contratos privilegiados, o dedicarse a actividades ilícitas, con la protección y complicidad de los políticos.

La kakistocracia genera mafias de todo tipo y colores, en todas las actividades.

4. Falta de Transparencia: Las decisiones gubernamentales se toman de manera discreta, opaca, sin rendición de cuentas ni supervisión adecuada, se restringe al máximo el trabajo de la oposición, y de los medios de comunicación independientes.

Hay una persecución mediática y judicial de amedrentamiento, contra los periodistas o líderes de opinión críticos al régimen. 

5. Erosión de Instituciones: Como consecuencia de todo lo anterior, las instituciones democráticas y los mecanismos de control se debilitan o se desmantelan, eliminando los controles y contrapesos esenciales, para que funcione una República democrática.

Con la kakistocracia, las instituciones dejan de funcionar, y solo sirven para el decorado y a los intereses del régimen gobernante, sin la independencia y autonomía que requiere.  

Lo peor es que -como sostiene Foucault-, se naturaliza la mediocridad y la corrupción, haciendo que la sociedad vea como normal, conformismo y resignación, las acciones de los políticos, no produciéndose la sanción moral que se requiere para combatir esta perniciosa actitud.

LOS IMPACTOS EN LA SOCIEDAD

Los impactos en la sociedad, son directos, porque de la calidad de las decisiones que toman los políticos, depende mucho la vida de la gente. Los que sufren más, son los más pobres, los vulnerables, por lo que este es un asunto muy serio.

1. Deterioro Económico: La incompetencia y la corrupción galopante llevan a políticas económicas desastrosas. Los recursos se desperdician, porque no hay un plan estratégico, sino una improvisación, por lo que las inversiones privadas disminuyen, al no haber condiciones de incentivo y adecuad, por lo que el desempleo aumenta y las oportunidades disminuyen drásticamente, afectando la calidad de vida.

Afecta la vida de la gente de manera directa e inmediata, porque se pierde la perspectiva de futuro, al despilfarrarse el dinero público, como ha sucedido en el Chaco, con las regalías del 45 %.

Los jóvenes pierden oportunidades para desarrollar su vida con certidumbre y seguridad, por lo que, al no encontrar condiciones, deciden emigrar a lugares donde ofrecen mejores condiciones, creando problemas familiares.

De manera macroeconómica, el efecto es la inflación y la devaluación de la moneda son comunes en una kakistocracia, por el mal manejo de la economía.

2. Desconfianza en el Gobierno: La corrupción impune y la falta de transparencia de los manejos de los recursos públicos, erosionan la confianza pública en las instituciones públicas, esto a consecuencia que los altos cargos, están ocupadas por ineptos.

Así como los políticos, tienen conductas ineficientes inmorales, la ciudadanía se vuelve cínica y apática hacia el proceso político, porque desconfía de los mismos, manifestando su desprecio e indiferencia, haciendo con esta actitud que los políticos corruptos se organicen de manera más eficiente, y se atornillen al poder.

3. Inestabilidad Social: Por los aspectos anteriores, al deteriorar la vida de la gente de manera acelerada, despiertan malestar, insatisfacción y frustración en la gente. La creciente desigualdad y la injusticia social fomentan el descontento y pueden llevar a protestas y disturbios.

La cohesión social y confianza, importante en una sociedad que progresa, se rompe, y la violencia puede aumentar.

Lo grave es que la gente talentosa y apta, decide emigrar y buscar mejores condiciones fuera, y los que se quedan buscan un perfil bajo, para evitar ser escrachados, hasta que mejoren las condiciones.

4. Erosión del Estado de Derecho: Las acciones de la kakistocracia, desemboca en la falta de respeto por las leyes y las instituciones jurídicas, por lo que se debilita el Estado de Derecho. La impunidad se convierte en la norma, y el sistema judicial es manipulado de acuerdo a los intereses del régimen gobernante para proteger a los corruptos.

En las ciencias políticas, hay una palabra que causa mucha preocupación e inquietud y la desintitucionalización del Estado, que es cuando el Estado pierde autoridad moral, legitimidad y está pringado de la corrupción, copado por incompetentes.

¿Desinstitucionalización? Es un término, que, al solo escucharla, nos debe provocar una profunda rebelión y preocupación.

Lo que hay que tener en cuenta, es que la democracia y el Estado de Derecho son imposibles sin el pleno funcionamiento de unas instituciones operantes.

Y solamente se entiende que las instituciones operan si están cumpliendo las funciones que les manda y asigna la Constitución; si cumplen su rol competencial dentro de una estructura previamente definida; si inspiran confianza en el pueblo por su accionar; si son posibles, dentro de sus reglas, las relaciones entre las ramas y órganos del poder público siempre dentro del marco legal; si, para la toma de las decisiones de interés público, no se depende de la voluntad y humor del caudillismo, ni del culto a la personalidad; si es posible que la sociedad se desenvuelva dentro de unas reglas y no al vaivén de las vías de hecho, ni según los caprichos de gobernantes o de mandos medios; si el sistema de frenos, contrapesos y controles funcionan libremente; si los conflictos se resuelven con arreglo a las normas, y si hay posibilidad real y material de acceso libre a la justicia; si obra y actúa el sistema judicial impartiendo Justicia de acuerdo a la Ley; si hay una estabilidad y solidez mínima de la normatividad; si existen y operan mecanismos institucionales de mantenimiento y restablecimiento del orden público; si hay una vigencia efectiva y cierta del ordenamiento y la observancia generalizada de los principios y mandatos del mismo; si hay una mínima seguridad jurídica que garantice un responsable ejercicio de la libertad; si la convivencia tiene lugar bajo el imperio del Derecho y no según la ley del más fuerte con poder.

En suma, en un Estado auténticamente democrático, la actividad de las ramas y órganos del poder público, la de los partidos políticos, la de los gremios, la de los particulares, las de gobernantes y gobernados, el ejercicio de los derechos y libertades, el cumplimiento de los deberes y cargas; el uso de las atribuciones del poder público -dentro de un concepto de separación, sin perjuicio de la colaboración armónica-, han de desarrollarse de conformidad con el orden jurídico y las pautas institucionales.

En cambio, en un gobierno de la kakistocracia no hay necesidad de verificar ninguna de las condiciones señaladas, porque para saber cómo se debe obrar y que “se tiene” o “se puede” hacer, reclamar o entregar, basta consultar la cambiante y caprichosa voluntad del gobernante o de sus esbirros.

Esto significa, que en un Estado de Derecho no es esa la pauta, sino las que indiquen las instituciones y la Ley.

Cuando ellas no se aplican o sus reglas no se cumplen, o cuando las instituciones presentan en su funcionamiento fallas de tal magnitud que las hacen inoperantes y fallidas, todo el organismo estatal presenta señales de malestar que tienden a expandirse, y si no se toman a tiempo medidas orientadas al restablecimiento de la institucionalidad y a la recuperación de la efectiva vigencia del orden jurídico, se entra necesariamente en crisis, en la perversión y ruina del sistema y en el caos.

En el Chaco, hemos caído en el síndrome de la desinstitucionalización, por lo que es urgente sanear este problema de manera urgente. Hay que reflexionar sobre la forma de recuperar la institucionalidad en su instancia periferia estatal, si queremos mejorar la vida de la gente.

5. Degradación de Servicios Públicos: Lo grave es quelos servicios esenciales para la vida, como la educación, la salud y la seguridad, se ven gravemente afectados, por la incompetencia de la clase gobernante, haciendo que la población padezca las consecuencias.

Esto hace que la calidad de vida de los ciudadanos disminuya drásticamente, cuando debería mejorar gradualmente.

Es por eso que no se hacen mediciones, no hay indicadores para hacer seguimiento a las políticas, planes y programas ejecutados.

Ejemplos Históricos y Contemporáneos

A lo largo de la historia, varias naciones han experimentado períodos de kakistocracia. Un ejemplo clásico es la caída del Imperio Romano, donde la incompetencia y la corrupción de los líderes contribuyeron al colapso del imperio, como consecuencia del mal manejo de la política.

Varios investigadores han concluido que el deterioro institucional y económico de una sociedad, obedece a que un grupo de presión incompetentes han tomado en sus manos las riendas del poder, y no hicieron mal.

En tiempos más recientes, algunos analistas han señalado que ciertos países, como Venezuela, bajo el régimen de Nicolás Maduro y Bolivia, bajo el gobierno de Evo Morales y Luis Arce, muestran características explícitas de una kakistocracia, con resultados devastadores para la población.

Podríamos también asegurar que los diversos gobiernos del PAN-MAS en el Chaco, fueron/son una kakistocracia, porque gobiernan los ineptos, que no tuvieron la capacidad de diseñar y poner en marcha un proyecto de sociedad.

Cuando un grupo de políticos se que quedan por mucho tiempo en el poder, se genera esta distorsión, por lo que es saludable a alternancia y la circulación de las elites políticas y de grupos de poder, para que se genere un sistema automático de freno y contrapeso y control.

Conclusión: ¿Qué hacer para cambiar a la realidad en el Chaco?

Para una sociedad que desea remover del poder a una kakistocracia – el gobierno de los peores o más ineptos – es fundamental adoptar una serie de estrategias y acciones que fortalezcan la democracia, promuevan la transparencia y habiliten una participación activa del ciudadano en los procesos políticos.

La kakistocracia representa una de las formas más destructivas y perniciosas de gobierno. La combinación de incompetencia, corrupción y mala gestión tiene consecuencias graves y duraderas para la sociedad. Es esencial que los ciudadanos y las instituciones trabajen juntos para prevenir la aparición de kakistocracias, promoviendo la transparencia, la rendición de cuentas y la competencia en el liderazgo. Solo así se puede garantizar un gobierno que verdaderamente sirva al bien común y promueva el desarrollo y la justicia social.

Nicolás Maquiavelo, en su obra “El Príncipe”, reflexiona que la política implica una relación específica entre gobernantes y gobernados, donde la calidad del liderazgo determina la efectividad del gobierno.

La virtud en Maquiavelo, como se deduce de su compleja relación con la fortuna, alude a múltiples dimensiones de voluntad, de energía, de coraje y de prudencia. Define la virtud como las cualidades necesarias para que un gobernante pueda enfrentar los desafíos políticos y mantener el poder eficazmente. Incluye habilidades como astucia, determinación y habilidad estratégica, las cuales son cruciales para manejar tanto la fortuna (eventos externos imprevisibles) como la política interna.

En resumen, para Maquiavelo, un príncipe virtuoso es aquel que no solo posee habilidades personales destacadas, sino que también tiene la capacidad de adaptarse y actuar con eficacia en circunstancias cambiantes, asegurando así su estabilidad y poder político.

En general, varias citas sobre el poder y la política subrayan la importancia de la participación ciudadana informada para evitar un gobierno deficiente.

Así, la frase destaca la responsabilidad de los ciudadanos en la elección de líderes competentes mediante una participación activa y consciente en los asuntos políticos.

¿Cómo nos deshacemos de una kakistocracia depredadora como la que tenemos en Yacuiba? Es la pregunta nodal. En otro escrito, describiré una ruta más explícita, pero adelantaré que lo primero que se debe hacer, es construir, diseñar y promocionar un proyecto de sociedad que una al pueblo en todo, a un futuro común y compartido, a un sueño, a una perspectiva de futuro.

Hay que entender que la kakistocracia no está en un solo lado de los bandos de la política, sino también en la oposición como en el oficialismo, es un problema profundo en toda la clase política, que tiene como patrón, la misma práctica.

Hay que cerrar las puertas a los bien intencionados, a los demagogos, a los que se camuflan y enmascaran, pero que, bajo el ropaje, son más de lo mismo

Se trata de iniciar una ruta crítica que impulse un audaz proceso de transformación por etapas bien delineado, no de cambio de caras y protagonistas simplemente. Es un proceso serio, que requiere del concurso de un buen/a director/a, como de un equipo entrenado, competente y comprometido

Hay esperanza, se puede cambiar de raíz esta realidad.

Yacuiba, 27 de julio de 2024


[1] Es especialista, Estratega y Asesor en Gestión Pública, Gobierno, Imagen, Media Training y Comunicación Política.

[2] Muchacho hábil, sagaz, adiestrado, valiente, inteligente y buen conocedor de los caminos, que, montado en la marucha o yegua madrina, guía por un camino escarpado y accidentado a una manada de ganado caballar o vacuno, que es trasladado de un lugar a otro con condiciones mejores para los animales. Es el responsable del animal que hace de cabeza y guía en el arreo de traslado, sea montado sobre él o llevándolo de tiro.

Esta práctica casi ha desaparecido por completo, con la mejora considerable de condiciones de pastoreo, caminos y comunicación, por lo que ya no es necesario movilizar a la tropa de esa forma.